jueves, 2 de enero de 2014

Auspicio en tormenta

Y vuelven a mí los auges del pesar.
El dulce placer de acariciar la belleza del dolor.
La complicidad y la sencillez en perfecta armonía.
Yo, y la ensoñación, que algún día serás tú,
Sin más rosas pulidas ni más espinas sobre mano.


Complace mis locuras,
fumiga mi temor,
porqué ¡oh! dime
¿qué más hay en esta orilla,
más que sueños y clamor?

No hay comentarios:

Publicar un comentario